domingo, 17 de octubre de 2010

Feliz día, Mama!

Como cada vez que gana Chicago, todo el barrio y sus alrededores se viste de fiesta, y en especial en este día tan especial en que recordamos a todas las madres de Argentina, a las que están y a las que ya se fueron. Y una mención especial a las madres chicaguenses, esas mujeres que alientan sin parar y que siempre están esperando a sus esposos e hijos que regresen de la cancha para festejar con ellos en las buenas y abrazarlos con mas fuerzas que nunca cuando las cosas no van bien, como en estos años…
Hoy les rendimos nuestro homenaje a ellas, a esas mujeres que han marcado a fuego nuestras vidas, que nos han enseñado a amar, a llorar y también a perdonar.

Porque te quiero mama

Ella me vio nacer,
y siempre a mi lado está
es por eso que te escribo,
porque te quiero mamá.

Porque la vida es muy corta
y alguien se puede marchar
por eso te lo agradezco,
así podés escuchar.

Las palabras tan sencillas
que nunca vas a olvidar,
las palabras de tu hijo
que siempre te cuidará,
como Dios protege al mundo
aunque triunfe la maldad.

Y cuando ella nos niega algo
protestamos sin razón,
sin saber que el corazón
de una madre está sufriendo.

Pero vamos entendiendo
a medida que crecemos,
y al fin grandes nos hacemos
para poderte cuidar.

Yo nunca voy a olvidar
cuando entramos en la escuela,
vos con una escarapela
y yo con mucha ilusión.

Palpitante el corazón
de un estudiante pequeño
que en su mano tenía un sueño
el sueño de dar su amor.

Y en mis noches de desvelo,
siempre a mi lado está,
y si tuve algún problema
ella se quiso enterrar.

Porque es más que un ser humano
porque ella sólo es verdad,
por eso lleva ese nombre,
el más grande… que es mamá
y sé que si te fallamos…
mil veces nos perdonás.

Cuantas cosas que le hice,
y cuantas me perdonó,
qué pocas me dijo ¡No!
Al pedirle algún favor.

Qué grande que es el amor
que una madre entrega,
y a veces un hijo llega
a tratarla con crueldad.

…Con ironías
con quejas, le dice
¡Correte vieja!
correte que molestás.

Y no llegan a pensar
que ella les dio la vida,
que un día quedé dormida
y no pueda despertar.

Entonces… después llorar
y decir mamá querida,
es tarde si no hay mas vida
es tarde para llorar.

Vos la tenés que cuidar
mientras ella viva acá,
y ya no le digas vieja
¡a ella le gusta mamá!

Y pensar que muchos hijos,
no la pueden ni mirar
y en un asilo de ancianos,
la llegan a abandonar.

Yo no tengo las palabras
para poderme quejar,
sólo que Dios los perdone,
si los puede perdonar.

Porque me viste nacer…
Y siempre a mi lado estás,
es por eso que te escribo
¡Porque te quiero mamá!

(Autor: Ulises Gerardo. Socio de Chicago. Extracción de su libro de poesías “Con el Corazón”. Año 2005)