De tanto tirar de la cuerda, era lógico que en algún momento se tuviera que romper. En cada partido, tratábamos de no pensar en las grietas que mostraba Nueva Chicago, queríamos teñirnos del optimismo de todos los hinchas que veían posible el ascenso. "Ojala que la fortuna nos siga acompañando", nos repetíamos una y otra vez, pero todo tiene un límite, a la suerte hay que ayudarla. El equipo puso todo lo que pudo, sobró "garra y corazón", pero faltó algo muy importante, IDEAS. Los encargados de pensar, hace rato que no aparecen. Quizás esperamos demasiado de Julio Serrano, creíamos que era el único capaz de brindarnos la claridad que nos hacía falta. Pero nos equivocamos, a tal punto que se hizo expulsar en forma infantil. Después nos aferramos a la historia, recordamos aquel "Chicago de los milagros" que obtuvo el ascenso a primera, pero no eran los mismos jugadores, ni tampoco el mismo técnico. Terminó el partido sin que el Torito generara una sola opción de gol, Griffo se retiró con su ropa limpia, clara muestra del poco trabajo al que fue sometido. Consideramos que Defensores de Belgrano es un justo ganador, fue el que mejor hizo las cosas. La diosa fortuna nos ayudó con Barracas Central, con Brown de Adrogué y en el primer encuentro frente al Dragón, pero se acabó la suerte y el sueño terminó.
