miércoles, 7 de septiembre de 2011

Seguimos jugando como un equipo chico


Los primeros minutos de juego presagiaban un cambio de actitud de parte del Torito. Se los veía concentrados, todos pedían el balón, eran solidarios a la hora de recuperar, pero ese dominio no se cristalizó en el arco contrario. Fue una ráfaga que duró poco, el local fue tomando las marcas, y comenzó a proyectarse por las bandas. Esas escapadas comenzaron a desnudar las limitaciones que tiene el Verdinegro a la hora de defender. Sufre, sobre todo, con el juego aéreo. Van seis fechas y todavía no se le encuentra una solución a ese problema. Los dos conjuntos tuvieron oportunidades que no llegaron a concretar, por eso el empate con el que se terminó la primera etapa nos pareció lo mas justo.

El segundo período fue casi todo de Estudiantes, Chicago sufría en cada avance del local, pero esto es fútbol y lo impensado ocurrió. Serrano remata desde lejos al arco, el tiro no llevaba violencia, pero logró confundir a Rios, que tardó en reaccionar y por eso no pudo evitar que la pelota entrara junto a un palo. Duró poco la alegría, Montenegro con una impecable media vuelta puso las cosas uno a uno. Los de Caseros, querían mas, siguieron insistiendo, pero despejes afortunados y la buena actuación de Agustin Gomez impidieron que el local se llevara el partido. Chicago mostró mas de lo mismo, mucho combate en la mitad de la cancha, poca claridad en ofensiva y cierta endeblez en defensa. Nos preguntamos dónde están esos jugadores con experiencia que pidió Finarolli?. Van seis partidos y el que iba a ser el zaguero titular, que con su voz de mando iba a ordenar al resto, está en el banco de suplentes. ¿Para qué lo trajeron?, quizás sea un buen contador de cuentos, en fin... Como reflexión final, seguimos pensando que no se tuvo el atrevimiento para ganar el partido, el planteo sigue siendo timorato, ¿Sabrá el cuerpo técnico que Nueva Chicago es el mas grande de la categoría? . Pareciera que no, pues por ahora seguimos jugando como un equipo chico.