Cuando terminó el partido, el estadio pareció estremecer, todos vitoreaban al Torito que acababa de obtener un nuevo triunfo. El cotejo se presentó difícil, como los anteriores, Chicago buscaba pero no encontraba claridad, salvo cuando la pelota pasaba por los pies de Ruiz. El "mudo" era sin dudas el mejor jugador de la cancha. A su natural habilidad, le agregó precisión en las entregas. Tristán Suárez tampoco inquietaba a la defensa local. Sin embargo fue el "lechero" el que tuvo dos ocasiones de gol, primero Agustín Gómez y luego el travesaño impidieron que se concretaran. Sobre el final de la etapa, el verdinegro logró la apertura del marcador. En una salida rápida, Pablo Ruiz (cuando no?) habilitó mediante un centro a Carboni que, con un cabezazo, venció a Drago.
En el segundo tiempo, la visita adelantó sus líneas en busca de la igualdad. Chicago, de contragolpe, buscaba "cerrar " con otro gol el cotejo. Adrian Scifo, mediante un poderoso "frentazo" marcó el segundo tanto, lo que parecía definitorio. Pero Escudero (en una actuación para el olvido) sale expulsado por doble amarilla, lo que me provocó cierta preocupación. Ante esta contingencia Mario Finaroli, reordenó la defensa y el medio campo, para que desbarataran las intentonas de los de Ezeiza. Así fue nomás, el Torito estuvo mas cerca del tercero que Tristán del descuento.
Luego terminó el partido, ante la algarabía de sus hinchas, que están llenos de ilusión, pese a que Atlanta lleva diez puntos de ventaja. "Vamos que los podemos alcanzar, ellos en algún momento se tienen que caer", ese era el pensamiento que reinaba en el estadio. La campaña de Mario Finarolli es sencillamente formidable, y merecía terminar el año con un triunfo, el equipo tuvo un final de temporada, a toda orquesta.
