La tarde se presentaba muy fría, estaba nublado y el gris era el color que predominaba. Nos costó mas de la cuenta llegar hasta la cabina de trasmisión, estaba como trabado, el viento helado soplaba sin parar. Quizás, la baja temperatura haya sido la causa de ese mal comienzo del Torito . El modesto Deportivo Armenio, se adueñó de la mitad de la cancha, ante un Chicago extremadamente pasivo. La visita ganaba en casi todas las pelotas divididas, cometíamos muchísimos errores, no podíamos hacernos del balón y otra vez Agustín Gómez era la mejor figura del local. Cuando nada lo hacía prever, llegó la apertura del marcador. Alfaro capitalizó una falla de los centrales, para convertir su primer gol. Enseguida Petrovelli puso el dos a cero, con un fuerte remate , que venció la resistencia de Bangert. El segundo período comenzó con las mismas características, Armenio empujando y el verdinegro tratando de acertar algún contragolpe. Fratini se perdió un gol increíble, pensamos: "Si no entró esta , no entra ninguna" y así fue nomás, la visita de a poco fue bajando los brazos. El golpe de gracia se los propinó Petrovelli, que de media vuelta marcó el tercer gol, segundo de su cosecha personal. De esa forma terminó el cotejo, con otra goleada y sin recibir tantos en contra. Pero hay que seguir mejorando el nivel, vemos mucho desorden en Lemos, a Bochi se lo está desperdiciando, no rinde como carrilero. Serrano aporta su calidad con cuentagotas, y los defensores alternan con intervenciones buenas y malas. Pero "Goles son amores", y Chicago los tiene, la dupla Alfaro - Petrovelli, parece funcionar muy bien . A veces pasan varios minutos sin ser abastecidos, pero las opciones que tienen, las concretan. Allí estuvo la clave del triunfo, el Torito fue contundente, la visita desperdició sus oportunidades. Nos retiramos del estadio con un sabor agridulce, preocupado por un lado, por el flojo rendimiento del equipo, y muy contento por el otro, porque los goleadores hacen la diferencia. (foto: gentileza Juampy Trisolero)
