martes, 1 de febrero de 2011
La mentira tiene patas cortas
El pasado miércoles por la noche, el club volvió a quedar en manos de los “barras”. Así lo confirmó el presidente Lacanna, quien tuvo que salir en los medios radiales de ascenso nacionales reconociendo lo sucedido, ya que era una verdad inocultable junto con la del apriete a los jugadores en días anteriores y que sólo “El Observador”, “El Especial de Chicago” y “Voces de Chicago” se animaron a decirlo públicamente.
Lacanna, fiel a su costumbre, sólo habló en medios donde no se le hacen preguntas comprometidas o desconocen su connivencia con la “barra oficial”.
Resultan interesantes algunos conceptos dados por este abrumado presidente que en más de 2 años de gestión no pudo dar solución a los problemas concretos de la institución y que ha creado un monstruo que ya no puede controlar.
Primero reconoce que “los barras” se estaban comiendo un “asadito” en el quincho cuando salía de una reunión de CD, dando por sentado que estos muchachos usan el Poli a gusto y placer y que los conoce bien y sabe quienes son.
Luego afirma haber radicado la denuncia en la Fiscalía General de la Ciudad (Dr. Cevasco) y ratificada, cosa que nos parece correcta, aunque habrá que ver qué continuidad le darán al expediente. Esto contrasta con lo hecho oportunamente por Caruso que, siendo abogado, se “olvidó” de ratificar la denuncia cuando integrantes de la misma barra le hostigaron el hogar familiar.
Por último, continua desarrollando “teorías conspirativas universales” en su contra, con declaraciones poco convincentes como “tenemos una relación nula o mala con la Comisaría 42”, “necesito que me garanticen la seguridad como ciudadano y como parte del Estado(¿?)" y “la AFA conoce nuestra posición”.
Estas declaraciones y afirmación solo puede hacerse en medios foráneos porque la gente del club sabe que la relación la Comisaría 42 es más mala que nunca por la estrecha relación existente entre barras y directivos y éstos no quieren quedar como “carne de cañón”.
Los organismos de seguridad no intervienen porque descreen de Lacanna y Caruso ya que nunca participan de las reuniones de seguridad, tienen una mala imagen y han dejado una mala impresión por su manera de proceder impropia e irresponsable.
Finalmente, es cierto que la AFA conoce su posición y ciertamente no hace más que darle un dolor de cabeza tras otro por la ineficacia, inoperancia y falta de conducción de esta mediocre administración.
Se acaba el tiempo de este grupo de gente que no solucionó nada y que sólo agravo los problemas internos del club. No se le puede mentir a la gente todo el tiempo, tarde o temprano, se van a dar cuenta, y esto esta sucediendo ahora…
Lacanna, fiel a su costumbre, sólo habló en medios donde no se le hacen preguntas comprometidas o desconocen su connivencia con la “barra oficial”.
Resultan interesantes algunos conceptos dados por este abrumado presidente que en más de 2 años de gestión no pudo dar solución a los problemas concretos de la institución y que ha creado un monstruo que ya no puede controlar.
Primero reconoce que “los barras” se estaban comiendo un “asadito” en el quincho cuando salía de una reunión de CD, dando por sentado que estos muchachos usan el Poli a gusto y placer y que los conoce bien y sabe quienes son.
Luego afirma haber radicado la denuncia en la Fiscalía General de la Ciudad (Dr. Cevasco) y ratificada, cosa que nos parece correcta, aunque habrá que ver qué continuidad le darán al expediente. Esto contrasta con lo hecho oportunamente por Caruso que, siendo abogado, se “olvidó” de ratificar la denuncia cuando integrantes de la misma barra le hostigaron el hogar familiar.
Por último, continua desarrollando “teorías conspirativas universales” en su contra, con declaraciones poco convincentes como “tenemos una relación nula o mala con la Comisaría 42”, “necesito que me garanticen la seguridad como ciudadano y como parte del Estado(¿?)" y “la AFA conoce nuestra posición”.
Estas declaraciones y afirmación solo puede hacerse en medios foráneos porque la gente del club sabe que la relación la Comisaría 42 es más mala que nunca por la estrecha relación existente entre barras y directivos y éstos no quieren quedar como “carne de cañón”.
Los organismos de seguridad no intervienen porque descreen de Lacanna y Caruso ya que nunca participan de las reuniones de seguridad, tienen una mala imagen y han dejado una mala impresión por su manera de proceder impropia e irresponsable.
Finalmente, es cierto que la AFA conoce su posición y ciertamente no hace más que darle un dolor de cabeza tras otro por la ineficacia, inoperancia y falta de conducción de esta mediocre administración.
Se acaba el tiempo de este grupo de gente que no solucionó nada y que sólo agravo los problemas internos del club. No se le puede mentir a la gente todo el tiempo, tarde o temprano, se van a dar cuenta, y esto esta sucediendo ahora…